Pr 4. Newpaper: el futuro del periodismo está en la web

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Newpaper: el futuro del periodismo está en la web

La prensa no ha muerto. Simplemente está en un proceso de cambio. Algunos periodistas se plantean, como explica Albert Montagut en su libro Newpaper, ¿cómo transformarse de ser un periodista print a un periodista on-line? Ante esta pregunta, Pedro J. Ramírez, director del mundo, afirma: “Se es periodista o no se es periodista”. Fernando Baeta refuerza esta opinión explicando que él es un periodista y no distingue la diferencia entre serlo para el papel o para la web (periodista print o periodista on-line), salvo que para esta última se puede escribir, fotografiar, hacer una infografía, grabar un video o un audio, etc. Y todo ello en la misma información.

De hecho la carrera de periodismo o la de ciencias de la comunicación preparan periodistas no redactores, o reporteros, o locutores. Pero no ha sido hasta este momento de dificultades económicas que muchos se han dado cuenta de la importancia de ser polivalente para desempeñar el trabajo de periodista. Un profesional ha de saber locutar una noticia pero también editarla o grabarla. No importa si hoy trabaja en radio y mañana en prensa  o televisión. La RAE (Real Academia Española de la lengua) define el periodismo como “Captación y tratamiento, escrito, oral, visual o gráfico, de la información en cualquiera de sus formas y variedades”.  Los aspirantes a periodistas deben estar más preparados que nunca y por supuesto deben ser expertos en los recursos de la web y en las distintas plataformas digitales. Esta crisis económica conlleva “un cambio positivo, una oportunidad que brindan la historia y la tecnología para mejorar el periodismo y fortalecer y mejorar la sociedad y el sistema democrático español”, como define Vicent Verdú.  Es cierto que en internet aún no se puede ganar dinero pero hay que innovar y seguir ofreciendo un producto informativo de calidad para poder crear un sistema de financiación.

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El periodismo es necesario. La gente necesita escuchar historias y estar informado de lo que ocurre a su alrededor o a la otra punta del planeta. Pero hay un problema: con la llegada de internet y la celeridad que se le ha pretendido dar al producto periodístico, este ha perdido calidad. “La rapidez es sin duda la peor característica de los informadores online. Suelen confundirse. Hay que decirles una y otra vez que lo importante es estar seguro de lo que se va a colga y que se garantice su pulcritud”, explica Montagut en Newpaper. Por ese motivo algunos usuarios (que no son periodistas) crean blogs de opinión, tuitean, suben fotos a youtube o crean sus propias páginas web. Los lectores, espectadores y radio oyentes necesitan seguir informados y necesitan una información de calidad, no necesariamente inmediata. Twitter o Facebook ofrecen la posibilidad de dar buenos titulares que luego se pueden enlazar a un reportaje en profundidad o una crónica bien trabajada ya que, como destaca Montagut, “el prestigio y el buen periodismo no dependen del formato sino del contenido”. Pero otro aspecto importante que destaca Montagut es que hay que trabajar en equipo; si los periódicos se están transformando  y la mayor difusión de noticas se realiza a través de la web, entonces se han de unificar las plataformas de maquetación y redacción: el mismo reportero que escribe una información para la web debería ser el que la transforme para el papel, porque es él o ella el que ha tenido el contacto directo con la historia y con las fuentes. La web es el futuro, o por lo menos, como dice Meislin es el reflejo de lo que pasa en el mundo. Pero es cierto que la web, al igual que los periódicos es un producto fácilmente censurable. Por ello algunos países, como China, no tienen libertad para navegar y acceder a todas las informaciones disponibles.

La censura es un método complejo de control de la red. En China, como explica el diario el Mundo, los directorios DNS están en manos de los proveedores de acceso a la Red, por lo que también pueden impedir que determinados dominios reciban la dirección IP correcta.  Esta censura muestra que no se puede proteger la libertad intelectual mediante leyes aunque sí mediante software. Por tanto, conviene plantearse hacia dónde dirigir el futuro de internet. Un futuro que algunos denominan 4.0 donde los ordenadores posean una inteligencia y una rapidez increíbles.

El continente europeo es un lugar donde la libertad intelectual se ha fortalecido desde la aparición de plataformas de interacción web (blogs). Es cierto que la opinión gratuita no es información, pero muchos profesionales han encontrado en esta plataforma una salida laboral, como Jeff Jarvis o Mikel Iturriaga .Son periodistas, de los buenos, que buscan un hueco en el mercado y se reinventan en estos tiempos convulsos. Ofrecen productos limpios y especializados porque trabajan para sí mismos. Y esto es algo positivo porque la sociedad que emergerá de la crisis para adentrarse en el nuevo mundo digital será mucho más transparente, democrática y selectiva y, por lo tanto, exigente y cautelosa con las inversiones privadas y muy pendiente del dinero público. Como señala Montagut, el periodismo deberá seguir siendo el cuarto poder que ayude a la sociedad a ser más justa, igualitaria  y democrática, y los periodistas deben estar más preparados que nunca.

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